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Toda cámara fotográfica tiene una cámara oscura, la cual es una caja rectangular con un único orificio por el que entra la luz. La definición de fuelle remite a un objeto materializado a través de paredes plegables o flexibles que atrapan algún elemento exterior y lo lanzan con fuerza en una sola dirección.
La caja es la contenedora de posibilidades, contenedora de espacios, contenedora de tiempo, pasión, comprensión y expresión, la contenedora de tensiones, la cual se genera en el observador al abstraerse del exterior, frunciendo el ceño para obtener el punto focal adecuado en el objetivo que se está visualizando. Toda la tensión esta puesta en él, y a su vez, fuertemente vinculada con el espacio circundante. “Fuelle” es un espacio-artefacto que intenta contener las tensiones, y de manera más figurativa contener al observador. Contiene a la persona separándola del exterior generando tensión visual. Esta misma es comprendida y materializada por la fuga generada tras superponer una sucesión de planos calados, haciendo que el ojo inevitablemente se dispare hacia el paisaje encuadrado. Fuelle se materializa a través de la sucesión de elementos verticales en forma de placas (fenólicos) puestos uno atrás de otro con limitada separación radial, que conforman un prisma o caja contenedora. Estas placas se orientan a través de la prolongación de un punto, generando una torsión lateral que guía la mirada del observador en un punto específico del paisaje circundante.
“Fuelle” juega permanentemente con la dualidad de significado, tal como sucede en la fotografía, donde pueden liberarse un sinfín de interpretaciones de una imagen, la cual inmortaliza una situación que luego será re-interpretada y comprendida de distintas maneras. La tensión es generada por la percepción que la persona tiene de su entorno inmediato. Existen muchas maneras de interpretar la tensión, y por lo tanto de representarla. Sensorialmente la vista, es uno de los mayores conectores sensibles entre el humano y el mundo, y aquí se pone en juego ese vínculo. Fuelle contiene la tensión, la cual es percibida por el observador a través de la fuga de la sucesión de encuadres. El usuario contempla el paisaje delante de él, a través de “Fuelle”, como prolongación de su propio ser, proyección de sí mismo, identificado mediante sus propias ideas, sentimientos y experiencias. Se juega permanentemente con la dualidad, ya que en el interior del artefacto uno se encuentra contenido, y a su vez tensionado por las visuales, aislado del entorno. Sin embargo, por un instante, si uno decidiese hacer omisión de la tensión generada, podría obtener otra percepción exterior, re-interpretando el fuelle, el interior y el exterior, y la tensión en sí misma.
Adentro de “Fuelle”, se podría percibir el exterior solo por un recuadro, pero observando el artefacto desde afuera, según el ángulo, podría desmaterializarse por completo, dejando en evidencia la dualidad del significado de tensión, y de cómo fuelle puede contener el entorno, de más de una manera. Esta caja fuelle que antes contenía la tensión encuadrando el paisaje, ahora se desmaterializa en sus planos y permite una nueva contención e interpretación del paisaje.